¿Los dueños de Internet?

¿Los dueños de Internet?

Sobre la posibilidad o imposibilidad de alcanzar una soberanía tecnológica

Ayer intentamos abrir Canva. Teníamos programada una actividad en MediaLab Universidad de Oviedo, pero solo funciona la versión offline. Toca improvisar, no hay problema. Qué raro que no funcione Canva…

Un rato más tarde leo: «Una caída mundial en la nube de Amazon provoca fallos en webs, datáfonos y servicios bancarios«. Un fallo que representa, a su vez, un dato sobre el que reflexionar: se estima que aproximadamente un tercio de todo Internet depende de Amazon Web Services (AWS).

Una caída de este sistema tiene, pues, efectos en cadena: cuando una región de la nube se interrumpe, miles de aplicaciones, bancos y servicios públicos se paralizan simultáneamente. Esto quiere decir que, aunque Internet sea una «Red informática mundial, descentralizada, formada por la conexión directa entre computadoras mediante un protocolo especial de comunicación» (DRAE), hemos terminado trabajando con un sistema con un núcleo concentrado, donde el fallo de un único actor puede tener consecuencias globales. Las Big Tech. Los dueños de Internet.

Lo sucedido ayer deja al descubierto una verdad incómoda: nuestra infraestructura digital está lejos de ser realmente descentralizada. La red que imaginábamos abierta y distribuida se sostiene, en buena parte, sobre los servidores de unas pocas corporaciones privadas. La nube, que nació para ofrecernos libertad y flexibilidad, ha terminado por crear una nueva forma de dependencia: una nube concentrada en manos de quienes deciden qué funciona y qué no en el mundo digital. Tal vez la pregunta ya no sea cuán conectados estamos, sino hasta qué punto esa conexión es libre.